top of page

LA SOLEDAD DE UN AMIGO FIEL…

55
777
444

Hace muchos años quise tener una pequeña mascota que me acompañara a lo largo de mi vida, pretendí tener un amigo fiel. Mis padres trataron de tener en varias oportunidades un pequeño amigo para mí, pero la vida me los arrebataba sin ninguna explicación, los alcanzaba a tener uno o dos meses y se enfermaban hasta morir, fue muy triste para nosotros, en realidad pensé que no teníamos sangre para los animales, pero un día inesperado llegó a nosotros una hermosa cachorra pincher, la llenamos de tanto amor que quizá llegué a pensar que ella seria para siempre nuestra.

 

Sin embargo en el fondo de mi corazón sentía mucho miedo de perderla porque me había encariñado rotundamente de ella, el ver sus ojitos brillando cuando me miraba y sus orejitas alertas a cualquier llamado que le hacía.

En realidad Dios nos proporcionó esa oportunidad de tenerla aquí, con nosotros, la amamos y la llamamos niña y desde entonces hace parte de nuestra familia, al día de hoy ya son cuatro años compartidos con niña.

A veces me pregunto ¿Por qué existen personas que maltratan a estos seres tan maravillosos? y por qué después que nos han servido, han sido fieles, llegan a despreciarlos sacándolos a la calle, golpeándolos y hasta dejándolos morir de hambre, en el más completo abandono, sin tener un poco de consideración y tolerancia por estos caninos.

 

Yo quisiera saber que sentiría cada ser humano, si le llegaran hacer esto, creo que resultaría muy doloroso para cualquiera, por lo menos nosotros expresamos lo que sentimos en cambio ellos mueren en silencio, viendo el abandono de su amo, la tristeza de no tener como alimentarse, donde dormir dignamente como cada ser vivo se lo merece.

Deberíamos crecer amándolos y ayudándolos; me da mucha nostalgia cuando salgo a recorrer mi pueblo y veo en la calle a estos perritos abandonados, su mirada desgarra mi alma porque en ella veo pesadumbre y añoranza.

Aunque me doy consuelo y guardo la esperanza de que alguna persona se hará cargo de ellos, que los amarán, y les darán ese calor humano que ellos se merecen, para terminar haciendo parte de sus vidas.

Cuanto diera por dar un grito inmenso al mundo entero y que me escucharan, me ayudaran para tener a estos seres en un lugar apropiado para ellos, llenándolos de amor, de cuidado, de caricias, haciéndolos sentir cómodos, amados y acompañados.

Que bello seria ver esas caras que un día me desgarraron el corazón, llenos de tanta felicidad y vida.

 Finalmente sé que aportando un granito de arena cada persona puede lograr, que este sueño se haga realidad para los animalitos. ¡No al maltrato animal, ámemelos, hagámoslos parte de nuestras familias!

Kevin Santiago Poveda. 9-3

bottom of page