PERIÓDICO ESCOLAR


Colegio Integrado Nuestra Señora de las Mercedes
lebrija - santander - Julio 2021 - EDICIÓN Número 1 Versión Digital
¿POR QUÉ EL NOMBRE DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES?
Muchas personas del común de Lebrija, asocian el nombre de la Institución con la Dirección y la docencia, que por muchos años, ejercieron las Hermanas Salvatorianas en el Colegio. Sin embargo, esto no es así. La Comunidad de las Salvatorianas fue fundada en 1.888 en la población de Tívoli, cerca de Roma, gracias al empeño de Teresa Von Wullenweber y otras jóvenes quienes bajo la guía espiritual del Padre Francisco María de la Cruz Jordán, dieron luz al proyecto de dar a conocer a Dios y a su Hijo Nuestro Salvador. La Comunidad creció y llegaron a Bogotá en 1950. Luego en 1971, las Hermanas se establecieron en Lebrija para dar inicio a su labor espiritual y pedagógica en el Colegio. A ellas les debemos perenne gratitud, pero nada tienen que ver con el nombre de la Institución.
Entonces ¿Por qué se llama así el Colegio? Al respecto se tejen varias historias que apuntan al mismo blanco y que podrían resumirse así: En los años cuarenta del siglo XX vivían en Lebrija (calle 14 Nº 7-48) un par de hermanas, ya entradas en años, de apellido Rincón. Ellas eran muy devotas de la Virgen. Un día buscaron un paño que guardaban en un armario y notaron la aparición de la imagen de la Virgen de las Mercedes. Estaba muy borroso pero a medida que rezaban, la imagen se iba haciendo más nítida. La noticia se regó como pólvora por el pueblo y las hermanas Rincón, que eran muy pobres, organizaron un altar en la sala de su vivienda para atender a las decenas de personas que se unían al rezo. Las almas caritativas no sólo rezaban sino que también contribuían con el sostenimiento de las viejitas.
Cuando ya había sido terminada de construir la iglesia en 1.951, el sacerdote Carlos Saúl Solano, quien ya había estado antes entre 1931 y 1935 en Lebrija, había vuelto nuevamente como Párroco en 1953, cargo que desempeñaría hasta 1969. Ante el estado de abandono de las viejitas, el Padre Solano decidió trasladarlas al Asilo y con su anuencia, llevar el cuadro a la Iglesia de San Pedro Apóstol e iniciar su veneración en el templo. La gran acogida que tuvieron los milagros de la Virgen de las Mercedes entre los feligreses Lebrijenses, unida a la que también despertara San Antonio de Padua, llegó a oídos de los fieles católicos de otros lugares del Departamento, lo cual hizo que se consolidara la tradición religiosa, que pocos años después, tomó ribetes de escándalo, especialmente con la advocación de San Antonio, cuando sus fiestas terminaban en paganismo, hecho que molestó al párroco quien suspendió las festividades.

Jaime Álvarez Fuentes
Historiador y Docente COLMERCEDES
No obstante, la tradición no murió, Nuestra Señora de la Mercedes siguió viva en el corazón de los Lebrijenses e incluso en el del mismo Padre Solano. En 1966, ante la necesidad de fundar una institución de bachillerato que evitara la diáspora de los jóvenes Lebrijenses en búsqueda de Colegios en otros lugares de la geografía regional, el mismo cura, junto con la pedagoga Antonia Cardozo, lograron que el Alcalde Luis A. Pedroza, expidiera el Decreto 010 de 1.966 con el cual se le dio vida jurídica al Colegio con el nombre de Nuestra Señora de las Mercedes.
Según el devocionario católico, en la noche del 1 al 2 de agosto de 1218, Pedro Nolasco (nacido en Mas-Saintes-Puelles en 1180 y muerto en Barcelona en 1245, pero canonizado por Urbano VIII en 1628), es bendecido con la aparición de la Virgen quien le dio una misión: La fundación de una Orden dedicada a la redención de los cautivos. Por aquel entonces, España estaba en lucha contra los árabes musulmanes que habían conquistado la Península desde el siglo VIII. Las continuas batallas ente Musulmanes y Cristianos terminaban en el secuestro de los combatientes y en la costumbre de pedir rescate por su liberación. Los Mercedarios crecieron y en los sucesivos siglos se expandieron por el mundo. Posteriormente, la rama femenina llegó a Colombia en 1.910 pero nunca estuvieron en Lebrija. El aporte de la Hermanitas Rincón y del Padre Solano son las claves para comprender el por qué del nombre del Colegio.
